Portada del catalogo 2014
Resurrección.Acrílico y esmalte sobre tela. 195x95 cm.Granada, 2014
Spain: show pays homage to Arab Spring 'desaparecidos'
Exhibit by Libyan artist Matug Aborawi at the Fundacion Euroarabe
14 MARCH, 11:42
Libyan Artis Matug Aborawi
(ANSAmed) - MADRID -
An exhibit by Libyan artist Matug Aborawi - called 'Homenaje a Desaparecidos II (Homage to the Desaparecidos II), Arab Springs - running through March 28 at the Fundacion Euroarabe in Granada, organized in cooperation with the Libyan and Spanish embassies, wants to pay homage to those who fought during the Arab Springs to make their dreams come true and honours stories of survival to flee famine, misery and war.
An exhibit by Libyan artist Matug Aborawi - called 'Homenaje a Desaparecidos II (Homage to the Desaparecidos II), Arab Springs - running through March 28 at the Fundacion Euroarabe in Granada, organized in cooperation with the Libyan and Spanish embassies, wants to pay homage to those who fought during the Arab Springs to make their dreams come true and honours stories of survival to flee famine, misery and war.
The exhibit also celebrates those who at the end of the road found a tragic death amid the indifference of a world looking elsewhere.
Aborawi's show, through a range of paintings in oil, acrylic, enamels, follows the first edition of another exhibit by the artist in December 2012 at the Fundacion Euroarabe. The works of art give shape to the demands made by the Arab people who at the end of 2010 took to the street demanding democracy, justice and better living conditions. A Fine Arts graduate at the university of Granada, Matug Aborawi was born in Al Gharabuli, a town along the coast not far from Tripoli, where the painting department of the local university included teachers like Ali Jalil and Lamin Othman and was influenced by Iraqi painter Husam Ali.
At the end of the 1990s he came into contact with Austrian artist Martin Hochtel with whom he shared a long friendship and artistic experiences. In 2000, he was granted a scholarship by the university of Tripoli to study in Spain and moved to Granada, coming into contact with painter Francisco Luis Baos, the director of his PhD thesis on plastic arts. (ANSAmed)
Exposición Homenaje a los desaparecidos II " Primavera Árabe"
Inauguración Marzo 2014 Fundación Euroárabe de Altos Estudios
Matug Aborawi Fundación Euroarabe de Altos Estudios Marzo 2014 Granada España
La Fundación Euroárabe de Altos Estudios se congratula en abrir las puertas una vez más al proyecto pictórico de Matug Aborawi. Durante el mes de marzo de 2014 el trabajo de este artista libio vuelve a ser protagonista en la Fundación, en este caso con lo que es la segunda parte de su proyecto “Homenaje a los Desaparecidos II. Primavera Árabe”.
Aborawi, nacido en un pueblo costero de la provincia de Trípoli, comparte con nosotros el legado del pueblo fenicio. Gentes aventureras que atravesaron de punta a punta el Mediterráneo, dejando a las civilizaciones venideras un importante legado cultural, fruto de todo lo que vivieron y compartieron con distintos pueblos.
La propuesta de Aborawi en esta segunda entrega cuenta con la misma fuerza que la que nos presentara en diciembre de 2012. Fuerza en lo plástico y en la realidad que nos muestra. El recorrido por los acrílicos y esmaltes de gran formato de su obra vuelve a sumergir al espectador en las reivindicaciones protagonizadas por miles de personas.
‘Homenaje a Desaparecidos II’ habla de la fuerza de estas gentes que luchan por hacer realidad sus sueños, el anhelo de encontrar un espacio donde poder ser libres. Son historias de supervivencia. Miles de historias con nombres y apellidos de hombres, mujeres y jóvenes, que deciden huir de la hambruna, la miseria y las guerras y acometen un viaje de penalidades que dura años. Son historias sacadas del relato de nuestro presente que en muchas ocasiones, en demasiadas, tienen un final trágico protagonizado por la muerte, ante la escasa atención de un mundo que mira siempre para otro lado.
Esta segunda entrega del proyecto de Aborawi también nos habla de las llamadas ‘Primaveras Árabes’, de las reivindicaciones del pueblo árabe que desde finales de 2010 viene ocupando plazas y calles de sus ciudades, exigiendo democracia, justicia y condiciones dignas de vida.
Una vez más desde la Fundación Euroárabe invitamos a conocer la obra de Matug Aborawi. Estamos seguros que no les defraudará el torrente de sentimiento que derrochan todas y cada una de las obras de esta muestra.
Esperamos que nos acompañen en este nuevo proyecto y disfruten con nosotros de ‘Homenaje a los Desaparecidos II. Primavera árabe’.
Inmaculada Marrero Rocha
Secretaria ejecutiva Fundación Euroárabe de Altos Estudios
Aborawi, nacido en un pueblo costero de la provincia de Trípoli, comparte con nosotros el legado del pueblo fenicio. Gentes aventureras que atravesaron de punta a punta el Mediterráneo, dejando a las civilizaciones venideras un importante legado cultural, fruto de todo lo que vivieron y compartieron con distintos pueblos.
La propuesta de Aborawi en esta segunda entrega cuenta con la misma fuerza que la que nos presentara en diciembre de 2012. Fuerza en lo plástico y en la realidad que nos muestra. El recorrido por los acrílicos y esmaltes de gran formato de su obra vuelve a sumergir al espectador en las reivindicaciones protagonizadas por miles de personas.
‘Homenaje a Desaparecidos II’ habla de la fuerza de estas gentes que luchan por hacer realidad sus sueños, el anhelo de encontrar un espacio donde poder ser libres. Son historias de supervivencia. Miles de historias con nombres y apellidos de hombres, mujeres y jóvenes, que deciden huir de la hambruna, la miseria y las guerras y acometen un viaje de penalidades que dura años. Son historias sacadas del relato de nuestro presente que en muchas ocasiones, en demasiadas, tienen un final trágico protagonizado por la muerte, ante la escasa atención de un mundo que mira siempre para otro lado.
Esta segunda entrega del proyecto de Aborawi también nos habla de las llamadas ‘Primaveras Árabes’, de las reivindicaciones del pueblo árabe que desde finales de 2010 viene ocupando plazas y calles de sus ciudades, exigiendo democracia, justicia y condiciones dignas de vida.
Una vez más desde la Fundación Euroárabe invitamos a conocer la obra de Matug Aborawi. Estamos seguros que no les defraudará el torrente de sentimiento que derrochan todas y cada una de las obras de esta muestra.
Esperamos que nos acompañen en este nuevo proyecto y disfruten con nosotros de ‘Homenaje a los Desaparecidos II. Primavera árabe’.
Inmaculada Marrero Rocha
Secretaria ejecutiva Fundación Euroárabe de Altos Estudios
Manuel Montalvo sobre la Exposición Primavera Árabe 2014
Semblanza personal..
Es comprometido escribir sobre el creador de una obra. Se corre el riesgo de que sus rasgos personales, sus vivencias, se empequeñezcan, se conviertan en comunes y vitales nimiedades. Y ciertamente lo que nos suceda o nos haya sucedido son vicisitudes destinadas a desaparecer por los descarríos del olvido; sin embargo, son precisamente los hechos de una vida los materiales con los que el pintor eleva los colores y los trazos a una dimensión en la que el rojo, azul o amarillo son etéreos reflejos de una naturaleza creada, sensible: el amor, el miedo, la angustia o la desolación adquieren su propia tonalidad.
Es comprometido escribir sobre el creador de una obra. Se corre el riesgo de que sus rasgos personales, sus vivencias, se empequeñezcan, se conviertan en comunes y vitales nimiedades. Y ciertamente lo que nos suceda o nos haya sucedido son vicisitudes destinadas a desaparecer por los descarríos del olvido; sin embargo, son precisamente los hechos de una vida los materiales con los que el pintor eleva los colores y los trazos a una dimensión en la que el rojo, azul o amarillo son etéreos reflejos de una naturaleza creada, sensible: el amor, el miedo, la angustia o la desolación adquieren su propia tonalidad.
Matug nació muerto a la vida, llegó sin despertar del sueño de la nada. Durante cuarenta días no se le oyó un gemido, un estremecimiento, sólo unos asustados latidos, como los de un corazón de pájaro que siente el dolor de vivir.
Después de aplicarle fuego en el cuello, en el pecho, en los costados, el ardor de las quemaduras hicieron brotar el llanto escondido dentro de su cuerpo muerto. Iba a vivir, viviría sintiendo el dolor del fuego de la creación, sometido a la inspiración muda de la arena de la playa, del verdor lujurioso de las palmeras. Se convertiría en un hombre que quiso ser como una casa sin puertas, de paso franco para entrar o salir sin llamar, una casa en la que el techo raso fuese la plenitud estrellada de la noche y el despertar los balidos de las ovejas y el canto del gallo.
Esa es la casa desde la que siente y mira Matug hacia el mar: solar de todas las patrias y ningunas fronteras, en la que la identidad se resuelve en la inmensa poquedad de ser y luchar sin tregua e ilusionada victoria, sólo por seguir siendo.
A partir de este renglón que de Matug hable muy calladamente su obra.
Narrativa Pictórica
El sueño del nadador.
El sueño del nadador.

El mar es lejanía, plateada frontera, plomizo horizonte; el mar está lejos y está aquí, tan dentro de nosotros, que le oímos orillar asustado, tan fuera de este pequeño continente nuestro, y nos observa con una mirada verde o azul amorosa, de repente cálida, de repente tormentosa, como si quisiera gritar quien es, quienes somos. Poseidón, él; mortales, nosotros.
Hoy está tranquilo, se extiende con bondadosa y anciana quietud hacia la calma relampagueante, sobre la que se podría caminar sin cansarse, sintiendo los pies ligeros, leve el peso del alma, con la mochila en la espalda, repleta de fe en la existencia de la orilla, la otra orilla, la de la vida.
Muy a pesar, el mar no es florido y soleado valle para el caminante, no es tierra que prodigue la seguridad de hundirse en la desconsoladora profundidad de oscuras verdosidades, que a su albur se place en la paz o se violenta en coléricas mareas.
Se impone hacerse a vivir, echarse a la mar con la osadía del nadador que a pocas brazadas se encuentra a merced del agua y el viento, perdido en la inmensa soledad, anclado a su miedo.
Fue entonces cuando el mar fustigado por el viento se alzó en estruendo, rebelión y tormenta, se dividieron las aguas formando grandes regiones, separadas por hondas simas. Como monstruos airados se levantaban remolinos de grandes bocas espumeantes de blanquecinos copos de nieve.
Le invadió una agradable sensación de abandono, de quietud. Se dejó llegar del ensueño de confundirse con el agua, de ser ahogado y mar en la misma deriva. Anegados los ojos por la niebla ensoñó un sol luminoso desgarrando la bruma, dejando al descubierto la otra orilla, dorada y resplandeciente como el sueño de la muerte.
La travesía de Caronte
En el rodal de la bahía pacen las olas con las barcas en una paz azul de mar, azul de cielo. Han llegado los viajeros, presurosos, preocupados, con las miradas enajenadas por el imperioso deseo de la partida. Las horas no terminan de pasar, premiosos corren los minutos deshaciendo las esferas de los relojes y tardea el sol en abandonar los aleros de los tejados, como si quisieran detener el tiempo o convertirlo en un instante de ninguna llegada; pero el tiempo va, sigue llegando, arrastrando el crepúsculo hacia la oscuridad.
Las sombras anegan la bahía. Se oyen los latidos lastimosos de las olas. Son como susurros y suspiros de niños vencidos por el sueño. Se quejan las barcas con recios rumores de madera vieja.
La preocupación de los viajeros les surca la frente con una profunda arruga. Se enserian los rostros con rígida lividez. Como vómitos, risas descompuestas salen de sus bocas, y para no memorar lo mucho que dejan, repasan con ánimo de buhonero el humilde atillo, los escasos víveres para tan largo y penoso viaje.
Es muy poco lo que se lleva, es mucho lo que deja: padres, mujer, hijos, que le ven partir como redentor de la miseria. A él, sí, a él, que es sólo un hombre, como aquellos otros que van surgiendo como bultos de entre la oscuridad. Como sombras vivientes y pasos de húmeda arena se acercan a las barcas con la angustiosa fe del náufrago.
Son gentes de cumplida palabra y paga cierta. Han cumplido con el tétrico Caronte, corporeizado en los nuevos traficantes de cuerpos humanos. A estos mercaderes todo lo humano le es ajeno: la desesperación, la angustia, las ilusiones…, no entienden más que de dinero: un hombre es una mercancía; menos que eso, un fardo sin valor, sin aprecio, del que sólo importa su peso: cuanto más ligero sea, menos pese, ocupará menos espacio, y podrán embarcar más en la barca: ¿cuántos?, eso depende de lo que se les empuje unos contra otros o de cómo se les apile. Son carne, material que se puede comprimir tanto como se pueda soportar el dolor, y ¡es tan ilimitado, sufrible el dolor!
Caronte ha de llevarlos de una orilla a otra del nuevo Aqueronte, que separa el continente de la vida del continente de la muerte. Por este Aqueronte fluye un mar de aguas oscuras y procelosas, un mar furioso dispuesto a cometer las mayores ferocidades contra ese puñado de cuerpos ateridos de frío, atenazados por el miedo. Tiemblan, les castañean los dientes. Aguas adentro, no queda nada detrás, tampoco nada delante: sólo hay oscuridad: fría, húmeda, espesa. Las olas se alzan como diluvios de puños airados, que golpean con saña los rostros, los pechos. Con enorme fuerza vence la barca hacia los lados.
Con este golpe no ha volcado, será el siguiente y si no el siguiente. A Caronte le preocupa que la carga sea demasiado pesada y comienza a echar cuerpos por la borda. Sólo resisten los más fuertes, los que se agarran con uñas y dientes a la madera, los que empujan al más débil, a la mujer, al niño, al oscuro hondón. No se oyen gritos, ni llantos: los enmudece el fragor del mar.
Puede que esta infame y sorda lucha, este atroz crimen por sobrevivir sea en vano: que unos y otros, débiles y fuertes, tuvieran el mismo final: cuerpos desparramados por las playas: descalzos cadáveres, ojos y bocas llenas de arena, violado pudor de cuerpos desnudos.
Algunos llegan a pisar tierra firme del anhelado continente; pero esa ya es otra historia, de otro infierno.
El holocausto

No quieren más que vivir, y vivir es intentar ser con la dignidad de un hombre que no desea más que estar a buenas con Dios, por eso reza, y lograr el pan de cada día, por eso lucha.
Pan y Dios, estos son los anhelos de las masas rebeladas en Egipto, Túnez, Libia o Siria, y que con gran sarcasmo han llamado “Primavera Árabe”, en lugar de “Holocausto Árabe”.
¿Son los gritos rosas, de qué color son sus pétalos? ¿Son los llantos jazmines, es sumo su blancor? ¿Son los apaleamientos azules lirios? ¿Y los asesinatos, escogidos y olorosos ramos de flores?
La gran farsa está llegando a sus últimas representaciones. Vendrán otras, quién sabe si peores aun, quién sabe, pero serán distintas, traerán con ellas encanto del engaño, con sus himnos, banderas, uniformes con doradas
Y qué fue de los que se quedaron aguardando a los perecidos, a los sin regreso. Esperan, se desesperan y se rebelan contra las calamidades, contra el destino que despiadadamente les asfixia.
No quieren más que vivir, y vivir es intentar ser con la dignidad de un hombre que no desea más que estar a buenas con Dios, por eso reza, y lograr el pan de cada día, por eso lucha.
Pan y Dios, estos son los anhelos de las masas rebeladas en Egipto, Túnez, Libia o Siria, y que con gran sarcasmo han llamado “Primavera Árabe”, en lugar de “Holocausto Árabe”.
¿Son los gritos rosas, de qué color son sus pétalos? ¿Son los llantos jazmines, es sumo su blancor? ¿Son los apaleamientos azules lirios? ¿Y los asesinatos, escogidos y olorosos ramos de flores?
La gran farsa está llegando a sus últimas representaciones. Vendrán otras, quién sabe si peores aun, quién sabe, pero serán distintas, traerán con ellas encanto del engaño, con sus himnos, banderas, uniformes con doradas estrellas y chatarreras, facundos y floridos charlatanes que prometerán la vuelta del Paraíso que una vez fue amena floresta entre el Éufrates y el Jordán.
El atrezzo está dispuesto, lista la iluminación, sólo habrá que encender los focos para que iluminen los grandes personajes y a su vez encandilen a los que humildemente no persiguen más que comprender que han vivido por algo, que no han vivido por nada.
Así probablemente vuelva a ser, así ha sido. ¿Qué sería de Gadafi? El olvido es una forma de clemencia, esa humana conmiseración que él no tuvo siquiera con los que osaban levantar la mirada del suelo cuando los altavoces atronaban su nombre y sus innumerables hazañas.
Hiere el sentir recordar que como un animal acorralado sus captores lo sacaron de un desagüe donde se había escondido. Lo golpearon, arrastraron ya vivo o después de muerto. Se orinaron, defecaron, sobre su despojo.
Sin comentario. Óleo sobre tabla, 60x40 cm. Granada, 2014
Sí, también ha desaparecido Sadam. El último acto de la macabra representación fue su ahorcamiento. Tanto Gadafi como Sadam habían cumplido con el papel de tirano que le habían encomendado. E igual que sucede en el floresta entre el Éufrates y el Jordán.
El atrezzo está dispuesto, lista la iluminación, sólo habrá que encender los focos para que iluminen los grandes personajes y a su vez encandilen a los que humildemente no persiguen más que comprender que han vivido por algo, que no han vivido por nada.
Así probablemente vuelva a ser, así ha sido. ¿Qué sería de Gadafi? El olvido es una forma de clemencia, esa humana conmiseración que él no tuvo siquiera con los que osaban levantar la mirada del suelo cuando los altavoces atronaban su nombre y sus innumerables hazañas.
Hiere el sentir recordar que como un animal acorralado sus captores lo sacaron de un desagüe donde se había escondido. Lo golpearon, arrastraron ya vivo o después de muerto. Se orinaron, defecaron, sobre su despojo.
Sí, también ha desaparecido Sadam. El último acto de la macabra representación fue su ahorcamiento. Tanto Gadafi como Sadam habían cumplido con el papel de tirano que le habían encomendado. E igual que sucede en el teatro cuando un actor es absorbido por el personaje de tirano, se echa el telón, se apagan las luces y se le obliga a salir por la puerta trasera del desprecio y el ajusticiamiento.

Se dejó arrebatar por la dignidad de un hombre que espera estérilmente que los otros se comporten como seres humanos, como aquel alcalde o escribiente del alcalde que repetidamente se negó a recibirle, como aquellos policías que le robaron el carrito con el que se ganaba su vida y la de su familia vendiendo frutas y verduras por las calles. Esos mismos policías que se creen en el derecho de que se les pague por dejar vivir a los pobres, los humildes, los indefensos.
Para Mohamed Bouazizi, la dignidad, la rebeldía, la idea de justicia es un material inflamable. Basta para que prenda, rociar el cuerpo con gasolina y acercarle un fósforo para que esos humanos valores se conviertan en humo y llamas.
Aunque el humo se desvanece y las llamas se extinguen, el ejemplo de Mohamed Bouazizi ha sido como una mariposa de luz que aun titilante agitó las sombras de otros Mohamed Bouazizi, de una juventud sin trabajo, sin mejor futuro que hundirse en la ciénaga de las penalidades y el fracaso. Acaso resucitados de insondables abismos cárdenos, llegados de espesas y rojas auroras, manchas de descoloridos sudarios, de formas desheredadas de la geometría, de las vívidas y variadas paletas.
Son las almas de los que mueren por nada: las almas de los niños asfixiados con gas sarín, descuartizados por las bombas, de las mujeres violadas y de vientres destripados, las almas de los muertos de siempre, convertidos en enemigos: criaturas creadas por la guerra para el exterminio.
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Manuel Montalvo. Catedrático de Economía Política en la Universidad de Granada, ensayista y escritor. Entre sus últimasobras cuentan “Ensayo sobre la miseria y el mal”, Ed. Tecnos, Madrid, 2013; “A orillas de la existencia”. Ed. Ediciones Clásicas. Madrid, 2014
En la batalla. Óleo sobre papel. 42x29,7 cm. Granada, 2012
La pasión inspirada.Mista sobre papel.2013
Trazando el dolor
La visión que solapan estos dibujos, pues, no desvela una alegría o exaltación alguna que una visión de pesadilla. Ofrece una impresión del momento actual y no osa a predecir un horizonte luminoso. Es como si esperara ver que se pueda escindir el mañana. Tristes y sangrientas son. Rodeados de una preocupación y un oscuro y violento silencio. Claro está que proceden de una resaca anterior y de un despertar de ideas. Es decir, que no se dedican a seguir el entusiasmo de revelarse contra la brutal autoridad dictatorial o la alegría del triunfo sobra ella, sino que prefiere captar el momento posterior al entusiasmo y el vitoreo. Momento del yo desnudo a merced de los destinos y a la vez que las heridas, cicatrices y furúnculos que ocupan gran parte del cuerpo.
El artista ha elegido, pues, seguir el dolor y la hemorragia de la transformación. Se ha alineado con el dolor y no con el sueño. Ha preferido echarse al hombro las procesiones de los proferentes y de sus vítores, atender a los apuñalados, traicionados y entristecidos. Sea cual fuere el motivo de esa tristeza y ese dolor, queda la huella colateral y negativa de la misma revolución, que no cesa en merendarse a sus propios hijos, o a una manifestación de la anti revolución, que procura asesinar la alegría en la vida de los bobalicones y difundir el espíritu de la desesperación y la frustración en sus almas.
Sea cual fuere la razón, este expresivo testimonio plástico nos llama a detenernos ante nosotros mismos, y ante lo que está ocurriendo delante de nuestros ojos, con franqueza, abstracción y transparencia, y sin imaginación o pretexto. En cualquier caso, hemos siempre de escuchar con profundidad a la sensibilidad de los artistas, y a la excelencia de sus nobles y sinceros sentimientos, puesto que son ellos los guardianes de la vida, la verdad y la libertad. No debemos olvidar nunca que son, al mismo tiempo, partícipes y testigos de su época.
Mohamed Alfaqeeh Saleh
Traducción del árabe: Mohamed Belazi
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Según la Secretaría General de la Universidad de Granada, en su página web, con fecha 1 de febrero de 2012 informa: Mohamed Alfaqeeh Saleh, (Trípoli, 1953), licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de El Cairo, ingresa como Agregado en el Ministerio de Asuntos Exteriores libio en 1975 y presta servicios en la Embajadas en las Islas Maldivas, Ginebra y Madrid antes de incorporarse al Departamento de la Comunidad Europea y Asuntos Europeos de su Ministerio desde 2004 a 2011, en que es nombrado Embajador de Libia en España. Protagonista en la vida cultural de su país desde la década de los setenta, es autor, entre otros textos, de “Otro horizonte”, (Trípoli, 2001), compendio de ensayos y artículos abordando críticamente la realidad cultural moderna en Libia, y de “Hono Al Damma…Sumu Al Casra”, un libro de poesía
editado primero en El Cairo (2002) y luego en Trípoli (2008), en parte escrito durante su internamiento en la cárcel en la década de los ochenta.
Juicio Final. Óleo sobre papel. 70x100 cm. Granada, 2012
Exposición
'HOMENAJE A LOS DESAPARECIDOS.PRIMAVERA ÁRABE' de MATUG ABORAWI FEBRERO 2013
Inauguración: Miércoles, 26 de febero a las 18:30h. a cargo de la Secretaria ejecutiva de la Fundación Euroárabe y el Embajador de Libia en España.

Matug Aborawi regresa a la Fundación Euroárabe con la segunda parte de su proyecto 'Homenaje a los Desaparecidos II. Primavera Árabe'. Organizada por la Fundación Euroárabe y la Embajada de Libia en España, la inauguración de esta exposición contará con la presencia del Embajador de Libia en España y la Secretaria ejecutiva de la Fundación Euroárabe.
La propuesta que presenta el artista libio Matug Aborawi cuenta con la misma fuerza que la que obra que presentó en la Euroárabe en diciembre de 2012. Fuerza en lo plástico y en la realidad que sustenta cada uno de sus cuadros. El recorrido por los oleos, acrílicos y esmaltes de gran formato, vuelve a sumergir al espectador en las reivindicaciones protagonizadas por miles de personas en la llamada 'Primavera Árabe'.
La inauguración, prevista para este próximo miércoles, 26 de febrero, a las 18,30h. en la sede de la Fundación Euroárabe, será presentada por Inmaculada Marrero Rocha, Secretaria ejecutiva de la Fundación Euroárabe y Mohamed Alfaqeeh Saleh, Embajador de Libia en España, y contará con la participación de Manuel Montalvo, Catedrático de Economía Política de la Universidad de Granada, ensayista y escritor y Juan García Villar, pintor -escultor y profesor de Pintura de la Universidad de Granada. Tras la presentación se desarrollará un breve acto poético-musical en el que intervendrán el poeta Mohamed Alfaqeeh y el músico Miguel Fernández Pérez.
Periodo expositivo
Del 26 de febrero al 28 de marzo, 2014. Horario de 10 a 14h. y de 17 a 20h, de lunes a jueves y el viernes en horario de mañana. En la Fundación Euroárabe de Altos Estudios.
La participación del músico inglés David Defries, en la exposición Primavera Árabe

The Austrian painter Martin Hochtel has written about the exhibition
Hallo Matug!
I have heard, that you plan an exhibition in the near future.
Will you display new works with the topic of boats and refugees?
Actually it is very interesting for me, that you have chosen this topic for you.
I remember well the time when we worked together in the Art Group "INSIDE".
Martin Hochtel and Matug Aborawi Tripoli 2000
You have impressed me at this time already with your strong colours and your own unique
painting technique, which you started with your teacher in the academy in Tripolis and which youhave further developed. The glossy and shiny expressions have found strong lines and engravements.
Abstracción. Acrilico sobre lienzo. 100x100cm. Tripoli 2000
I remember that you have mentioned that dead would come up as a topic to be worked out in your oevre in the future.
Actually dead and future sound contradictionally.
When I consider it more deeply it makes more sense - also in relation to the development of your art and in relation to the great respect to the painting colleagues in Libya. Your Thesis about the young(er) art in your homeland will be the standard book on this theme.
So in a historic view and in a philosophic way and - in a very realistic way: our life is a transfer from something we just grasped to something we do not know but try to influence with our forces to the better - to the better, what we dream of.
Just in the moment of dreaming we are moving and we use any means to support our successful journey.
I remember the beautiful farm of your family where you grew up, the seaside close to Khoms - this historic place and the horses and dogs. Nature and purity filled your soul when you lived free in the countryside - a smart boy under olives.
With your engagement in Tripolis you made your first transfers to the artists and to your customers, which actually were part of the

And now - for how long - you are in Granada?
You work and exhibit there - you have done your academic degrees - ...
So, for some a boat is the means to transfer themselves in a new world, for you it has been always your art which is your tool of
transporting yourself through the space and time and makes you not to flee but to connect people and continents with understanding by the spirit of your work.
Dear Matug, I wish you the best for your new creations and I am confident, that the paintings will be a remarkable next step in your
developments.
Best regards and hug
your friend from Austria, Vienna 2013
Martin Hochtel and Matug Aborawi 300x150cm.Tripoli 2000