viernes, 15 de marzo de 2019

DE TASILI A MÉXICO


El Museo Nacional de Las Culturas del Mundo México







“Inauguramos hoy una exposición espectacular “De Tassili a México...”, del pintor libio Matug Aborawi. Agradezco al Museo de la Cancillería y a la Embajada de Libia en México, la oportunidad de mostrar en nuestro recinto la obra de tan extraordinario artista”, afirmó la maestra Gloria Artís, directora del Museo Nacional de las Culturas del Mundo, durante la ceremonia de apertura de la exposición temporal del primer artista de Libia que se exhibe en el recinto.

En la inauguración participaron el Excmo. Señor Hussen Swesi, encargado de Negocios de la Embajada de Libia en México, el artista Matug Aborawi, y la investigadora Alejandra Gómez, curadora de la muestra que se presenta en la Sala Julio César Olivé.
En su discurso de bienvenida, la maestra Artís destacó: “Es para nosotros un inmenso privilegio que hoy Libia esté presente en México y, en particular, en nuestro Museo, a través del trabajo del maestro Matug Aborawi, un trabajo inspirado en las pinturas rupestres de Tassili n’Ajjer”.

Añadió “con un trazo fuerte y decidido, Aborawi produce obras enormes que se plasman ya no en la roca, sino en lienzos impactantes. Los que apreciaremos en la exposición, fueron elaborados aquí, en las azoteas del Museo, apenas unos días antes de ser expuestos. Esto añade especial interés y frescura a la muestra. La obra habla de un artista con la pasión a flor de piel y cuya creatividad e imaginación no tienen límites; habla de un artista profundamente crítico, que evidencia el drama y el dolor que representan la realidad política y social que vive su país y otros más del Mediterráneo”.

En su intervención Alejandra Gómez habló de la importancia de la exposición para el museo: “De Tassili a México nos lleva a reflexionar sobre un tema menos agradable, la pérdida del patrimonio cultural. Según los reportes de la UNESCO, Tadrart Acacus, un sitio en el que se inspira el artista Matug Aborawi, se encuentra en riesgo. Visibilizar el patrimonio de Libia y fomentar su protección también es parte de nuestra misión”.



Describió el proceso que siguió el artista para elaborar los enormes lienzos que componen la muestra, que se hicieron dentro del museo: “Sin perder tiempo Matug recorrió las calles del Centro, aledañas al museo, para comprar grandes lienzos de más de diez metros de largo, que se cosieron en el área de Colecciones. Inmediatamente empezó a pintar”.

“El Museo Nacional de las Culturas del Mundo ha conformado sus colecciones arqueológicas y etnográficas gracias a los intercambios y donaciones resultado de las relaciones de amistad. Siguiendo esa noble tradición, Matug ha donado una de las obras de esta exposición para que forme parte del acervo del museo”, enfatizó la curadora.

En su oportunidad, el Señor Hussen Swesi agradeció, a nombre de la Embajada de Libia en México, la colaboración de los miembros del museo en el montaje de la exposición, y comentó que “es la primera vez que la Embajada de Libia presenta una exposición en México, con la obra del doctor Matug Aborawi. Desde que abrimos la Embajada en México, hemos tenido buenas relaciones entre México y Libia”.

Emocionado el Encargado de Negocios explicó brevemente las características del atuendo que lucían dos miembros de su comitiva. “El traje típico de Libia, que se llama “abrub”, es del sur de mi país. El vestido de las mujeres normalmente se hace con sedas y es de color azul. En el norte, se elabora con oro y en el sur con plata”.

Finalmente, agradeció la presencia del señor Mammad Talibov, encargado de Negocios de la Embajada de Azerbaiyán en México.
Después del tradicional corte de listón, el artista Matug Aborawi encabezó el recorrido por su exposición donde mencionó: “Yo he visto, en mis investigaciones para el doctorado, las afinidades estéticas entre las pinturas rupestres de Tassili y las de los abrigos rocosos de San Francisco, en Baja California Sur. Para mí, todavía, es algo enigmático el por qué hay tantas similitudes entre ambos sitios”.


Explicó su preocupación por el acervo prehistórico de Tassili, el cual es una fuente de inspiración para su obra: “En el trabajo expongo la resurrección de Tassili, la cual está abandonada. Digamos que está muerto, pero yo lo represento como si estuviera vivo todavía. Es algo que tiene que arrancar otra vez, hemos asumido la responsabilidad de cuidar lo que queda. Es importante que las autoridades libias se esfuercen por proteger esta magnífica montaña”.



Una vez concluido el recorrido, en el patio del museo se presentó el ensamble musical Nour Marruecos, dirigido por el maestro Hicham Billouch, que ejecutó música árabe tradicional y también contemporánea. En el patio del museo, el público asistente pudo adquirir el catálogo de la exposición “De Tassili a México. Pintura libia contemporánea” y disfrutó de los bocadillos árabes, obsequio de la Embajada de Libia en nuestro país.


entrevista TV Libia



De México a Libia: pasado, presente y futuro

El Instituto Nacional de Antropología e Historia, decidió en 1965, dedicar un museo al estudio, conservación y difusión de los objetos culturales del pasado y presente de otros pueblos. Es así como nace el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, que  desde entonces no había tenido la fortuna de exhibir la obra de un artista libio. Pero no hay plazo que no se cumpla, y en 2019 la obra de Matug Aborawi cuelga en las paredes de este noble espacio ubicado en el corazón de la Ciudad de México.



Esta exposición es un encuentro ya esperado. Cuando el dominio colonial de España se extendió en lo que se llamaron el "Nuevo Mundo", la Nueva España recibió habitantes del Norte de África, que desde Al Ándalus, se embarcaron en la aventura americana. Así, cinco siglos después, Matug Aborawi, llega dese Liba, pasando por Granada, para encontrar en México los ecos de esa cultura árabe que también es parte de nuestra historia.

Aquí se dan cita dos culturas producto de ricos procesos de mestizaje. A grandes rasgos, la cultura mexicana es el resultado del encuentro de los pueblos indígenas con los conquistadores españoles, mientras que en Libia los pueblos imazighen, llamados bereberes, se aglutinaron con los invasores musulmanes, en su mayoría árabes. 

México y Libia comparten además la extraordinaria herencia de un pasado remoto que nos lleva al origen mismo de la cultura humana: el arte rupestres. Pinturas y petroglifos que desde el período neolítico dan cuenta de la necesidad humana de expresare en formas y colores.

En México el arte rupestre está presente de Norte a Sur, desde Baja California hasta Oaxaca, pasando por Querétaro y Guanajuato. Sólo en el Valle de San Francisco, en Baja California Sur, se extienden cerca de 1150 abrigos rocosos que albergan las pinturas más antiguas de América fechadas hacia el 7500 a.C.[1]  Mientras que en Liba, colindante con el sitio argelino de Tassili n'Ajjer, se extiende el macizo rocoso de Tadrart Acacus, que encierra miles de pinturas, las más antiguas se remontan al año 12,000 a.C. Junto con Tassili, Tadrat Acacus alberga 120 siglos de arte, ya que las pinturas más recientes datan del siglo I d.C. Hablamos de dos de los sitios rupestres más importantes del mundo, testigos de nuestro devenir por el planeta. Entre sus elementos destacan representaciones de la domesticación de grandes rebaños y de inventos como la rueda y los carros. Además dan cuenta de especies que ahora serían imposibles de pensar en el Sahara, y que nos llevan a una inminente reflexión sobre el cambio climático.[2]

Matug Aborawi encuentra en el complejo rupestre de Tassili n'Ajjer y Tadrart Acacus inspiración continua. Emulando a estos primeros artistas, con un trazo fuerte y deicidio, realiza obras de gran formato que dejan la roca para mostrarse en lienzos sobre los muros del museo.

La obra de Matug nos deja en claro que si bien la humanidad es diversa, comparte también formas de expresión, contundentes y bellas, en las que somos capaces de reconocernos sea cual sea nuestro lugar en el mundo.

Por otro lado, "De Tassili a México" nos lleva a reflexionar sobre otro tema menos agradable, la pérdida el patrimonio cultural. Según los reportes de la UNESCO, Tadrart Acacus se encuentra en riesgo.  Desde 2011 ha sufrido de vandalismo y saqueo a raíz de una guerra impuesta al pueblo libio desde la hegemonía internacional.[3]

El Museo Nacional de las Culturas del Mundo ha conformado sus colecciones arqueológicas y etnográficas gracias a los intercambios y las donaciones resultado de las relaciones de amistad con diferentes países. De esta manera generar conciencia sobre el saqueo y destrucción de los sitios arqueológicos de Libia es parte de nuestro misión.

Nuevamente nos congratulamos de que Libia esté presente en México a través de la obra de un artista que se nutre de su pasado arqueológico y lo reinterpreta en el presente para perpetuar su memoria y su fuerza en el futuro.

Alejandra Gómez Colorado
Ciudad de México, febrero 2019
Antropóloga social, investigadora del Instituto Nacional de Antropología Historia y curadora de las colecciones de Oriente Medio del Museo Nacional de las Culturas del Mundo.



[1] Zona Arqueológica de la Sierra de San Francisco, INAH. Consultado en: www.inah.gob.mx/zonas/59-zona-arqueologica-de-la-sierra-de-san-francisco, 11 de febrero de 2019.

[2] Rock-Art Sites of Tadrart Acacus, UNESCO. Consultado en: whc.unesco.org/en/list/287, 11 de febrero de 2019.

[3] State of Conservation, Rock-Art Sites of Tadrart Acacus, UNESCO. Consultado en: whc.unesco.org/en/soc/3791, 10 de febrero de 2019.
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